No hay ninguna ley que impida conducir dilatado. De todos modos, la DGT indica que debe evitar la conducción mientras esté bajo los efectos de la dilatación ocular.
La dilatación del ojo impide que la pupila se cierre ante la luz. De día, es muy probable que la persona se encuentre incómoda ante la luz del sol; mientras que de noche, las luces intensas de los faros de los coches pueden deslumbrarle de forma importante.
La capacidad de conducción se ve disminuida de forma importante por lo que el riesgo de sufrir un accidente es mayor. Así que recomendamos encarecidamente que no conduzca y que vaya acompañado a la visita con el oftalmólogo.
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